Frases de la película Troya
La grandeza de la eternidad obsesiona a los hombres.
¿Reverberarán nuestras acciones a través de los siglos?
¿Oirá otra gente nuestros nombres mucho después de que muramos, y se preguntarán quiénes éramos, con cuánto valor peleamos, con qué ferocidad amamos?
Buen día para los cuervos.
No puedes conquistar todo el mundo. Es demasiado grande, incluso para ti.
Pero señor, ya es mañana.
Dicen que nadie lo puede matar. Entonces no andaría cargando un escudo, ¿o sí?
Por eso nadie recordará tu nombre.
¿Dejamos la guerra para mañana, cuando estés más descansado?
Puedes terminar esta guerra con un tajo de tu espada.
Imagínate a un rey que peleara sus propias batallas. Ese sería un gran espectáculo.
Que los dioses mantengan a los lobos calmos y a las mujeres en nuestras camas.
No deberías de estar aquí. Eso es lo que dijiste anoche. Anoche fue un error. ¿Y la noche anterior? He cometido muchos errores esta semana.
No tengo miedo de morir, tengo miedo de mañana.
Los hombres nos cazarán, los dioses nos maldecirán, pero yo te amaré.
¡Dices querer morir por amor, pero no sabes nada de morir ni sabes nada del amor!
Tu gloria está ligada a tu perdición.
Había oído rumores de tu belleza.
Honra a los dioses, ama a tu mujer y defiende a tu país.
¿Saben lo que hay ahí esperando atrás de esa playa? ¡La inmortalidad!
En la guerra los jóvenes mueren y los viejos hablan.
Si matar es tu único talento, esa es tu maldición.
Supongo que pelear por amor tiene más sentido que todas las demás razones.
No desperdicies tu vida obedeciendo a un tonto.
¿Ves los cuervos? Nunca han probado la carne de príncipe.
No es un insulto decir que un muerto está muerto.
Los soldados solo entienden de guerra, la paz los confunde.
Todo es más hermoso porque estamos condenados a morir.
Nunca serás más hermosa de lo que eres ahora.
Tú no le tienes miedo a nadie, ese es tu problema.
Las cosas son menos simples hoy. Las mujeres tienen su manera de complicar las cosas.
A veces tienes que servir para mandar.
Yo amé a mi hijo desde el momento que abrió los ojos hasta el momento que tú se los cerraste.
Seguirás siendo mi enemigo en la mañana. Tú sigues siendo mi enemigo esta noche.
Volveremos a estar juntos en este mundo o en el siguiente.
Tú me diste paz en una vida de guerra.