Frases de la película Sin City 2: una dama por la cual mataría
A Sin City entras con los ojos abiertos o de lo contrario no sales más. Pero una ciudad es como una mujer o un casino alguien va a ganar. Y ese seré yo.
- Hagas lo que hagas, chico, no ganes demasiado.
- Nunca pierdo.- Bien, senador, estoy listo para lo que quiera.
- Muchacho, no querrás ni soñar sobre lo que yo quiero.- Tranquilo, muchacho. ¿Tienes idea a lo que te enfrentas?
- A mí me parece que me enfrento a un hombre.
- Te enfrentas a un Roark.La muerte es como la vida en Sin City. No hay nada que se pueda hacer. Y el amor no conquista nada.
Me hiciste quedar como un tonto, chico. Justo frente a las personas equivocadas. Hiciste tu apuesta como todos. Y perdiste. ¿Tienes idea lo fácil que mato a mocosos como tú?
El poder es algo frágil. No tolera ninguna amenaza.
Sí, sé quién eres. Supe que eras uno de los míos apenas te vi. Aire de familia, muchacho. Me importa un bledo.
Llega tarde, como siempre. Y como siempre vale la espera.
- ¿Demasiado tarde para qué, Ava?
- Para todo. Solo recuérdame, mi amor. Recuérdame.Amigo, no quiero meterme dónde no me corresponde, pero esa es una dama por quién matar.
- Aún me quieres. Y soy tuya. Ahora. Esta noche.
- Sal de mi vida de una vez y para siempre o te destrozo los dientes.
- Si no puedes amarme ódiame. Si no puedes perdonarme, castígame. Hazme sufrir como yo lo hice contigo.
Le digo todas las obscenidades posibles. Hace que mi nombre suene como música como el canto de un dios oscuro. Está resbaladiza de sudor. Pronto mi odio se agota pero ella no me dejará ir. Me besa, me persuade y el fuego vuelve a crecer. Digo todas las cosas que juré nunca volver a decir. Soy suyo. Cuerpo y alma.Aquí hay una chica con protección. Ella puede estar mostrando todo lo que tiene en un bar de mala muerte lleno borrachos calientes pero Nancy es la chica más segura del mundo. Intenta agarrar a Nancy y te las verás con 135 kilos de metal bajo el nombre de Marv.
Sé que está dispuesto a morir por mí si es necesario.
Lo estoy usando. ¿Y qué? Rompe las caras que yo quiero que rompa en vez de otras. Me ayuda a volver a tener a Ava en mis brazos en lugar caer borracho en cualquier pensión o alcantarilla. Su vida no vale nada, de todos modos. Si yo no hago que lo maten, el mundo lo hará de una forma u otra.
El sexo siempre te puso estúpido, listo para creer cualquier cosa. Acabas de hacerme una mujer muy rica. Hazme un último favor, amor. Quédate lo suficiente para que te vuele los sesos.
- Estás enferma.
- No, Dwight. Cualquier que me creyera sería un loco. Y ese eres tú.No hay como una viuda que necesita consuelo. Me excité con solo mirarla.
Hombre, está entregada.Te dije que pertenecías aquí, imbécil.
Tienes una placa y una pistola. Tienes poder. Úsalo. Si quieres volver a tener a esta mujer, sé un hombre. Si eres un hombre mátalo.
La diosa no tiene amante. La diosa esclaviza a los hombres. En un instante, puede ver dentro de tu corazón y transformar tu deseo más profundo. Para Damien Lord, ella era la novia consentida. Para ti, una doncella en apuros.
Ella los devoró a todos. No puedes vencer a la diosa.No, Ava, no eres una diosa. Eres una bruja. Una depredadora. Tal vez, yo obtuve lo que merecía. Pero, ¿los demás? Hombres buenos que volviste locos.
No, Ava, no eres una diosa.
Eres una bruja. Una depredadora. Tal vez, yo obtuve lo que merecía. Pero, ¿los demás? Hombres buenos que volviste locos.
Su beso promete el paraíso. Dwight. La pistola corcovea en mi mano. La vida abandona a Ava con un suspiro.
- ¿Cuánto tienes?
- Tienes $40.
- Obtienes $40.- Mataré a Roark.
- Los Roark no mueren tan fácilmente.Te vencí. Dos veces. Eso significa que soy mejor que tú. Y todo el mundo lo sabe.
Porque volveré a vencerte cada vez que alguien cuente la historia. Te dirán que no la contarán, pero lo harán. Esa es la historia que se contará una y otra vez hasta tu muerte. Y mucho después de tu muerte. Te vencí para siempre.Si pudiera darle un consejo a un joven sería: "Usa un condón".
Esta ciudad podrida. Pudre todo lo que toca. Esta ciudad podrida. Aquellos que no puede corromper, los pudre. Te pudrió a ti, John Hartigan.
Nadie nunca ha adivinado qué es el infierno. Es ver a la gente que amas sufriendo.
Sabes que Hartigan le voló el pene a mi hijo. Así que ¿a dónde haré el próximo disparo? ¿A ese pequeño vientre tuyo?
Francamente, entre tú y yo finalmente he aceptado que Ethan no era material presidenciable. Habría sido difícil comprarle una elección en un manicomio.
Pero era mi hijo, cariño. Era mi hijo.