Frases de la película La leyenda del Caballero Verde
- ¿Dónde has estado?
- En la misa.
- ¿Tú, en misa?
- Sí.
- ¿De toda la noche?
- Sí.
- Bueno, ¿y dónde están tus botas?
- ¿Qué?
- ¿Dónde están...? Si hueles, como si hubieras estado en misa. ¿Qué, has estado bebiendo del sacramento toda la noche?- Me alegro de verte, Gawain. Es bueno tener a la familia al lado. A la sangre de uno.
- Seguro que sus caballeros han derramado sangre a su nombre para vincularse más a usted, que yo.
- Es cierto. Pero eres el hijo de mi hermana, que salió de su vientre. Ellos no lo son. Miro a mis amigos aquí hoy y veo canciones que ninguna musa podría cantar o soñar. Pero me vuelvo hacia ti y veo ¿qué? Te reconozco, pero no te conozco. No lo digo por reproche, sino por arrepentimiento de que nunca te haya pedido que te sentaras a mi lado antes de este día o sobre mis rodillas, cuando eras un recién nacido. Pero ahora es Navidad, y deseo construir puentes. Así que, antes de alegrarnos hazme un regalo. Me contarás una historia de ti mismo, para que pueda conocerte.
- No tengo nada que contar, mi Rey. Aún.- ¿Qué tienen? ¿Quién puede agasajar a mi Reina y a mí? ¿Con algún mito o un canto...¿de su propio significado?
- Esperen. Al más grande de los Reyes, permítame este amistoso juego navideño. Condole a sus caballeros que sea de lo más audaz de sangre y más salvaje de corazón, de un paso adelante, tome las armas, e intente con honor asestar un golpe en contra mía. El que me golpee reclamará esto, en mi brazo. Su gloria y su riqueza serán suyas. Pero su campeón deberá comprometerse a esto: En caso de que dé un golpe, entonces un año y Yuletide después, este deberá buscarme allá, en la Capilla Verde, a seis noches al Norte. Allí me encontrará y doblará la rodilla y me dejará golpearlo yo a su vez. Ya sea con un rasguño en la mejilla o un corte a la garganta, devolveré lo que se me ha dado, y luego, en confianza y amistad, nos separaremos. ¿Quién, entonces, estará dispuesto a confrontarse conmigo?- Yo lo haré. Me confrontaré con él. Me confrontaré contigo.
- ¿Entiendes este desafío?
- Lo entiendo. Creo que sí.
- Recuerda, es sólo un juego.
- Necesito de una espada. Necesito... Necesito de una espada.
- Gawain.
- Atácame, Caballero Verde. Haz un movimiento o yo haré el mío.Muy bien. Has presentado tu desafío. Lo acepté y lo sigo aceptando. Nunca olviden lo que pasó aquí...¡en este día de Navidad! Dentro de un año, nos veremos...
- ¿Cómo se sintió? ¿Qué sentiste cuando le...?
- Fue como cortar un melón en dos.
- ¿Y cómo se siente eso?
- Como nada.
- ¿Tenías miedo?
- No.
- ¿Sólo dices eso?
- Yo estoy aquí, y él no. El Rey me prestó su espada, ¿lo sabías?
- ¿La has sujetado?
- Bueno, hice algo más que sujetarla.
- He aquí el valiente Sir Gawain, picador de cabezas, cortador de melones, que no puede... ni levantarlo.- ¿Realmente cree que él esté sentado en una capilla, contando las horas, dejando pasar el año, esperando a que yo aparezca?
- Bueno, eso no lo sabría. Ya me lo dirás tú. Debes buscarlo.
- ¿Y si me espera la muerte?
- No conozco a ningún hombre que no haya marchado a saludar a la muerte, antes de tiempo.
- ¿Por qué me retienen bajo esta luz?
- ¿Está mal querer la grandeza para ti?
- Me temo que no estoy hecho para la grandeza.Que la Santísima Virgen mantenga tus cinco dedos fuertes, y a tus cinco sentidos agudos. Que sus cinco alegrías te inspiren. Que las cinco heridas de su hijo, te den fervor. Y las cinco virtudes de un caballero, iluminen tu camino. Mantén tu pacto, joven Gawain. Y si Dios te sonríe entonces apresúrate a regresar. Tu asiento junto a nosotros te esperará.
- Me gusta más tu cabeza donde está.
- He dado mi palabra. Hice un pacto.
- Así es como perecen los hombres tontos.
- O cómo los hombres valientes se hacen grandes.
- ¿Por qué la grandeza? ¿Por qué la bondad no es suficiente?- ¿Quién eres?
- Sólo un viajero, amigo.
- Pareces un caballero.
- Sólo de paso.
- Supongo que querrás reclamar una parte para ti, así que...
- ¿De qué?
- ¡De todo esto!
- ¿Por qué no fueron enterrados?
- Todos muertos. Todos están muertos. Nadie quedó para enterrarlos. Aunque ya sabes, la naturaleza hará su trabajo. Ella chupará y estrujará.- ¿Cuál es su nombre, mi señora?
- Me llamo Winifred. ¿Has oído hablar de mí?
- No.
- Allí.
- ¿Qué es lo que estoy buscando?
- Mi cabeza.
- Su cabeza está en su cuello, mi señora.
- No. No lo está. Puede parecer que sí, pero no es así. Está en el arroyo.
- ¿Cómo llegó hasta allí?
- Un señor llegó buscando refugio, como tú. Tal vez eras tú mismo. ¿Lo eras?
- No.
- ¿Estás seguro?
- Sí.
- Este señor buscó yacer conmigo. Luché contra él, pero volvió por la noche y rompió mi puerta. Intenté huir, pero me cortó la cabeza. La tiró en el arroyo, y por más que lo intente no puedo alcanzarla.
- Mi señora...Mi señora. ¿Eres real o eres un espíritu?
- ¿Cuál es la diferencia? Sólo necesito mi cabeza.- La Capilla Verde no está lejos.
- ¿La conoce?
- Estás muy cerca de alcanzarla. Es por el río, no es ni un día de viaje.
- ¿Está seguro de que está tan cerca?
- Estás al final de tu búsqueda, Gawain. Un poco antes de lo que esperabas, quizás. Pero así es el caso para todos nosotros. Esto es lo que sucederá. En la mañana de Navidad, te enviaremos por tu camino. Y al anochecer, estarás a la puerta de tu destino. Así que quédate un rato. Descansa. Y conténtate.- Hagamos una promesa entre nosotros. Yo cazaré mañana y pasado mañana. Lo que me ofrezca el bosque, tú te llevarás a casa lo mejor. Y tú me darás a cambio lo que pueda recibir aquí.
- ¿Qué podría recibir aquí, que no sea ya suyo? ¿Quién lo sabe? Esta casa está llena de cosas extrañas. Pero, por otra parte, veo cosas por todas partes que no tienen ninguna lógica. ¿Has visto alguna vez a un halcón matar a un caballo? Simplemente se abalanza y es terrible. Todo hombre debería verlo al menos una vez. Pero así es el mundo. Y el mundo es apto para toda clase de misterios. El hogar de un hombre, sin embargo, debería estar a salvo de todo eso. Una pared unida a otra, en línea y a plomo. Paredes buenas y fuertes, y un fuego en su interior.- ¿Por qué te parece que está verde?
- ¿El caballero?
- Sí. ¿Nació así?
- Tal vez sea el color de su sangre, cuando se sonroja.
- Pero, ¿por qué el verde? ¿Por qué no el azul? ¿O un rojo?
- Porque no es de esta tierra.
- Pero el verde es el color de la tierra, de los seres vivos, de la vida.
- Y de la podredumbre.
- Sí. Sí. Engalanamos nuestros salones con este y lo teñimos en nuestra ropa de cama. Pero si viene arrastrándose por los adoquines, le refregamos, tan rápido como podemos. Cuando florece bajo nuestra piel, le desangramos. Y cuando nosotros, juntos todos, descubramos que nuestro alcance ha superado a nuestra hierba, le reducimos, le estampamos, nos extendemos sobre este y le asfixiamos bajo nuestros vientres, sin embargo, aún vuelve. No se demora, ni espera para tramar o conspirar. Arráncalo de raíz un día y al siguiente, ahí estará, arrastrándose por los bordes. Mientras nosotros buscamos el rojo, nos llega el verde. El rojo es el color de la lujuria, pero el verde es lo que deja la lujuria, en el corazón, en el vientre. El verde es lo que queda, cuando el ardor se desvanece,
cuando la pasión se muere, cuando nosotros también morimos. Cuando te vayas, tus huellas se llenarán de hierba. El musgo cubrirá tu lápida, y al salir el Sol, el verde se extenderá, sobre todo, en todas sus tonalidades y matices. Este verde se apoderará de tu espada...
y de tus monedas y tus almenas y, por más que lo intentes todo lo que aprecies, sucumbirá ante este. Tu piel, tus huesos.Tu virtud. ¿Y qué esperas ganar al enfrentar a todoceste matiz? ¿Honor?- ¿Crees en la magia?
- ¿Qué?
- En la brujería. ¿Crees en ella?
- Sí, creo. Está a nuestro alrededor.
- Tengo un regalo para ti.
- ¿De dónde has sacado esto?
- Lo hice yo. Hay un encantamiento cosido en sus hilos. Llévalo y nunca serás golpeado.
- ¿Por qué?
- Por el hombre o un espíritu, o cualquier otro instrumento. Lo prometo, que no te harás daño siempre que yazca sobre tu cintura.
- ¿Lo dices en serio?
- Sí.
- ¿Lo quieres? ¿Lo quieres?
- Sí.
- Entonces, dime. Está bien, dímelo.
- Lo quiero.- ¿Por qué me detienes?
- No puedo demorarme.
- Ve por ese camino y tu perdición estará cerca. No encontrarás piedad. Ni ningún final feliz.
- ¿Qué brujería es esta?
- No hay brujería aquí. El que buscas es tan salvaje como yo, pero no conoce la medida.
- Sé a lo que me enfrento.
- Si algún hombre lo supiera de verdad, soportaría su vergüenza con alegría y se alejaría, con la cabeza bien en alto, para terminar su canción como le pareciera. Su secreto estaría a salvo conmigo. ¿Eres tú tal hombre?
- No.- Has venido. Buen señor, ¿ya es Navidad?
- Sí.
- ¿Recuerdas dónde me cortaste?
- Lo recuerdo.
- ¿Y has venido a ver ese golpe devuelto?
- Lo he hecho.
- Entonces arrodíllate, y completaremos nuestro juego.
- ¿Ahora?
- Sí. Ahora, un golpe tan bueno como el que diste. Señor, ¿acaso se acobarda?
- Lo sé. Lo sé.
- ¿Mostré yo señales de miedo... cuando nuestras posiciones estaban intercambiadas?
- No soy tan seguro como tú.
- Has tenido un año para encontrar el valor.
- Un año o cien, no habría diferencia. Dame un momento.
- ¿Estás listo? ¿Estás preparado?
- Sí.
- Entonces, mi golpe recibirás.- ¿Esto es...? ¿realmente todo lo que hay?
- ¿Es esto... ¿Es esto...
- ¿Qué más debería haber?
- ¡No! No. Lo siento. No puedo. Lo siento.- Espera. Ya está. Ahora estoy listo. Ya estoy listo.
- Bien hecho, mi valiente caballero. Ahora, a que te corten la cabeza.