Frases de la película Joven y bonita
- Pareces muy joven ¿sabes?
- Sí, lo sé. Me lo dicen mucho.
- ¿Podemos volver a vernos?
- Ya tiene mi número.
- ¿Puedes también por la noche?
- No. Sólo puedo por la tarde, y nunca el fin de semana.
- ¡Qué pena!
- Adiós.
- Adiós.Poema leído por los estudiantes.
Nadie es serio a los 17 años.
Una hermosa tarde, harto de cervezas y de limonadas.
De cafés ruidosos con lámparas brillantes.
Vas bajo los tilos verdes del paseo.Los tilos huelen bien en el atardecer de Junio.
El aire es tan dulce que cierra los párpados.
El viento cargado de ruidos. Y La ciudad está lejos.
Tiene perfumes de viña y perfumes de cerveza.Noche de Junio, 17 años.
Te dejas embriagar.
La savia es champagne que se sube a la cabeza.
Se divaga, se siente un beso en los labios.
Que palpita, como un animalito.El corazón loco robinsonea entre novelas.
Cuando a la luz de una farola muy pálida,
Pasa una señorita de aspecto encantador.Y como le pareces inmensamente ingenuo,
Apresura el trote de sus pequeños botines.
Se vuelve, alerta. Y con movimiento vivaz.
Y sobre tus labios mueren las cavatinas.Estás enamorado. Tus sonidos la hacen reír.
Tus amigos te rehúyen.
Eres de mal gusto.
Entonces la adorada, una tarde te escribe.Esa tarde, vuelves a los cafés deslumbrantes.
Pides cerveza o limonada.
Nadie es serio a los 17 años.
Cuando hay tilos verdes en el paseo.Arthur Rimbaud
Cuando tienes 17 años, te puedes enamorar solo durante las vacaciones y vivir una historia.
Y cuando vuelves al instituto, tienes muchas cosas que contar porque te has enamorado y el verano ha sido muy bonito.Es ese enamorado quien muestra que por fin es un hombre.
Porque es el paso de la juventud que induce a la edad adulta.
Y es en sí, la embriaguez del verano. Y la despreocupación, la libertad, la felicidad, la alegría.Tienes una aventura durante dos meses y luego estás un poco solo al final.
Empieza como acaba. Y la vida, a menudo, se representa como un círculo continuo.
Como algo que es bastante infinito y que se repite a la vez que llega.- Un hombre me siguió cuando salí del instituto, y me ofreció dinero.
- ¿lo aceptó?
- No. Me dijo su número, que me lo pensara y que le llamara si cambiaba de opinión.
- ¿Y cuánto tiempo después le llamó?
- Una semana después.
- ¿Y dónde se vieron?
- En el hotel intercontinental, cerca de la ópera.
- ¿Le gustó?
- Al principio no. Me dio asco pero luego, me entraron ganas de volver a hacerlo.
- ¿Y cómo lo hizo? ¿Cómo empezó?
- Vi un reportaje en la tele, de estudiantes que necesitaban dinero. Me compré otro teléfono y así empezó todo.
- ¿Tiene intención de continuar?
- No sé. Era una experiencia, supongo.
- Una experiencia, ya que puede ser muy peligrosa. Nunca se sabe con quien te puedes encontrar. Nadie te puede defender. Como eres menor de edad, eres una presa fácil.
A la mayoría de las prostitutas las agreden y las violan, incluso las asesinan.
Es dinero fácil y puede convertirse en un círculo vicioso.- ¿Necesitabas dinero?
- No.
- ¿Entonces por qué cobrabas? ¿Querías saber tu valor?
- No. Así era más sencillo. Más claro.
- ¿Eran hombres mayores?
- Pues sí.
- ¿De la edad de tu padre?
- O de la suya.- Lo que me gustaba era concertar citas. Chatear por internet. Hablar por teléfono. Escuchar voces. Imaginar cosas.
Y luego acudir. Descubrir el hotel. No saber con quién me iba a encontrar.
Era como un juego.
- Un juego... peligroso.
- No. Bueno sí, un poco. Ahí mismo casi no sentía nada. Pero luego, cuando volvía a pensar en ello, en casa o en el instituto; me daban ganas de volver a empezar con otro hombre.Morir haciendo el amor, es una muerte bella, ¿no?
- Es usted joven y muy guapa.
- Gracias.
- Demasiado. No me imaginaba que usted fuera así.Siempre he sido melancólica. Si hubiera sido valiente, menos tímida; me habría gustado que los hombres pagaran por hacerme el amor. Pero nunca me atreví. Lo pensaba varias veces. Ahora ya soy vieja, yo tendría que pagar.
Nos quisimos hasta el final. Siempre con la misma ternura.