Frases de la película El ocaso de un amor
Este es un diario de odio, y quizás no estaría escribiéndolo si un diablo no me hubiera hecho detenerlo aquella noche, bajo la lluvia, o quizás no estaría escribiendo esto si hubiera sabido en ese momento a quién odiaba. ¿Era a Henry? ¿Era a su mujer, Sarah? ¿O era a algún otro al que todavía no conocía?
Los celos son algo terrible.
Puedo hacerme pasar por un amante celoso. Los amantes celosos son menos ridículos que los maridos celosos. Les respalda la literatura. Trágicos, nunca cómicos.
- La bondad tiene tan poco valor literario.
- ¿Y qué tiene valor literario?
- Un ministro de seguridad nacional.Naturalmente, cuando empezó a quererme aprendió a engañarle a Henry. Así que, ¿por qué me molesté tanto cuando supe dos años más tarde que ella lo estaba engañando otra vez?
- ¿No puede uno amar u odiar desde hace tanto tiempo?
- No hay nada deshonroso en los celos, Sr. Bendrix.
- Para mí son señal de verdadero amor.- ¿Escribes un nuevo libro?
- Por supuesto.
- ¿No es sobre nosotros, no? ¿El que amenazaste escribir?
- Escribir un libro lleva un año. Es demasiado trabajo por venganza.
- Si supieras lo poco por lo que tienes que vengarte. Bromeaba. Lo pasábamos bien juntos.
- Somos adultos, y sabíamos que tenía que terminar algún día.Los celos sólo pueden existir si hay deseo.
Me preguntaba cuánto de ella podría él reclamar para mí. Y, por un instante, deseé ser él que iluminaba con su luz el mundo de ella. "Soy un hombre celoso."
- Tengo celos de esta media.
- ¿Por qué?
- Porque hace lo que yo no puedo, te besa toda la pierna. Y tengo celos de ese botón, pobre botón inocente, no es inocente, para nada está todo el día contigo. Yo no. Supongo que tendrás celos de mis zapatos.
- ¿Por qué?
- Porque te llevarán lejos de mí. Yo medía mi amor en función de mis celos. Y como mis celos eran infinitos... Todo el que ama tiene celos mi amor debería haber sido infinito también.
- Odio que seas infeliz.- Haz lo que quieras, pero sé feliz.
- ¿Y si estuviera con otra?
- Eso no tiene nada que ver. Quiero que seas feliz. Eso es todo.
- Quizás quieras una excusa para poder hacer lo mismo.
- Nunca lo haría.
- Pero lo haces.
- ¿Hacer qué?
- Dormir con otro.
- ¿Te refieres a Henry? ¿Cómo puedes tener celos de Henry?
- Él te tiene. Yo no.
- Vivimos en la misma casa. Eso es todo. Ya lo sabes. Soy sólo una sombra para él. Te amo a ti.
- Preferiría estar muerto o verte muerta, a verte con otro hombre.
- ¡Nunca jamás estaré con otro hombre! quizás me puedas ver muerta, pero nunca estaré con otro hombre.Pobre Sarah. Su único pecado había sido amar y aquí estaban Parkis y su hijo vigilándola en cada movimiento. Habría cancelado sus servicios si el diablo no hubiera hecho de las suyas otra vez.
Es curioso cuánta dignidad puede haber en un sombrero. Sin él, parecía un don nadie, un marginado. Llevaba tanto tiempo compadeciéndome de mí que resultaba raro compadecerse de él.
- Ella sólo hacía el amor conmigo pero hacía las compras, cocinaba y dormía contigo.
- Sigue teniéndote mucho cariño.
- Uno no se satisface sólo con cariño.El amor no se acaba sólo porque dejemos de vernos. ¿No? La gente sigue amando a Dios toda la vida, sin verlo.
A veces me canso de intentar convencerlo de que lo amo y que lo amaré por siempre.Se agarra de mis palabras y las tergiversa.
- ¿Entonces qué harás cuando se acabe?
- ¿Crees que el amor acaba cuando dejas de verme?
- Existir es ser percibido.
- ¿Existo para ti cuando estás con Henry?
- Sí.
-¿Es por eso que sigues con él? ¿Porque sabes que esto terminará?¡Dios mío, déjalo vivir! ¡Por favor, tráelo de vuelta! ¡No te lo lleves! Lo dejaré para siempre. Pero por favor, déjalo vivir. Déjalo vivir y te prometo que nunca lo volveré a ver.
"Pero si él estaba vivo ahora yo estaba muerta."
Ésa no es mi clase de amor. Quizás no haya otra clase. No puedo estar atada a una promesa, pero algo me decía que lo estaría. Había tentado al destino, y el destino había aceptado. Así que ahora estaba en el desierto, en el desierto, sin él…
Sólo he hecho dos promesas en toda mi vida: Una fue casarme con Henry y la otra, dejar de verte. Y soy demasiado débil para mantenerlas.
¡Odio a Sarah porque se creyó todas sus mentiras! ¡Odio a Henry porque ella estaba atada a él! ¡Y lo odio a usted y a su Dios imaginario porque se la llevaron!
Al principio escribí que éste era un diario de odio. Te odiaba como si existieras, ahora estoy cansado de odiar, pero sigues ahí. Así que tu astucia es infinita. Usaste mi odio para obtener mi reconocimiento. Gracias, Henry. Y sólo me queda una oración. Dios olvídate de mí. Cuida de ella, y de Henry. PERO A MÍ DÉJAME SOLO PARA SIEMPRE.