Frases de la película El Beso del Sueño
No, no estoy borracho. No, no estoy con ninguna fulana.
-Tú sabes que yo nunca he sido un chivato.
-No, más bien eres un gilipollas.Sólo puedo decir que hay un grupo financiero que nos está haciendo la puñeta.
El dinero necesita movimiento. Quema en las manos.
Para llevar un negocio como este hay que tener cierta complicidad con el contrabando. Utilizarlos como tapadera para encubrir las grandes evasiones.
Joder, aquí el que no corre, vuela.
Qué país. Hoy se tiene más miedo a los periodistas que a la policía.
Es una tentación benigna, casi angelical.
Es como un sueño, siempre he querido tirarme a una tía como tú en un tren.
¿Qué me has hecho puta?
El negocio del juego dio más de 600 mil millones de pesetas el año pasado. Lo que hace que en estos momentos sienta una profunda emoción espiritual. ¿No te parece admirable?
Tú sabes que medio borracho funciono bastante bien.
Anda toma la botella, es la única que puede ayudarte a encontrar una averiguación.
Salvatierra, no podría pasar la noche aquí sola. Llévame a algún sitio.
- ¿Por qué lo haces?
- Porque soy un estúpido romántico.- Ha sufrido un ataque de ética. Lo malo es que tiene en sus manos la suficiente documentación para comprometernos. Quiere llegar al final.
- Pues como hable, nos coge con el culo al aire.No estoy borracho. Nunca he estado más sobrio en mi vida.
Yo no soy un mierda. Soy un hombre.
- Me importa esa mujer.
- ¿Te has enamorado?
- ¿Y a ti que coños te importa?
- Fracasarás una vez más, tú no tienes lugar en este mundo. Me voy a encargar personalmente de que nadie te admita en ningún sitio. Desde ahora encabezas la lista de los perdedores. Vete detrás de esas faldas que tarde o temprano te traicionarán.Olvidé la vieja máxima: Donde hay dos personas, una hace traición.
- Leí un anuncio en un periódico donde solicitaban modelos para posar en ropa interior.
- ¿Posabas desnuda?
- La mayoría de las veces. Recuerdo que la primera vez el lugar estaba vacío. Un hombre me esperaba sentado junto a la mesa. Me dio un montón de ropa interior y me señaló un biombo tras el cual podría cambiarme. Recuerdo que empecé posando con una combinación. Él hacía sus dibujos, cuando me hacia una seña, yo me iba tras el biombo y me cambiaba. Se trababa de prendas de raso, con un diseño encantador lleno de bordados y puntillas, la mayoría eran bragas y sujetadores de encaje negro, el hombre seguía mirándome fijamente.
- ¿El dibujante?
- Sí, el dibujante. Y de repente me di cuenta de que tenía el pene fuera. Yo me quise ir pero él me lo impidió. Me dijo que a él no le gustaban las mujeres, que ni siquiera las tocaba. Que sólo le gustaba su ropa interior. Me pagó mucho más dinero y acepté. Seguía mirándome fijamente, con el pene fuera. Hasta que llegó un momento en el que me dijo que me fuese, que me fuese rápido. Que me vistiese. Supongo que ya le había llegado la hora de masturbarse.He conocido muchos hombres así: que roban unos zapatos a alguien, a una mujer atractiva y después se masturban mirándolos.