Frases de la película París Te Amo
Se está volviendo una tragedia. No lo entiendo. Lo tengo todo para ser agradable. Todavía soy apuesto, delgado.
Tengo un buen auto, que todavía anda sin problemas después de la revisión. Uno de los limpiaparabrisas está flojo, hay un solo airbag, pero está bien. Mi ingreso mensual no es malo. Mi sentido del humor es bastante bueno. Puedo bromear sobre muchas cosas. Sobre mí mismo. Pero estoy miserablemente solo. Solo en el universo. Vacío.- Tu mano en mi cuello me hizo bien.
- A mí también.
- Si pensamos en los delfines...Cuando los delfines quedan varados la gente les echa agua. Pero eso no sirve de nada. Mueren rodeados de seres que no conocen.
- ¿Quién dijo que eso no sirve de nada?- Tienes un pelo hermoso. ¿Por qué te obligan a cubrirlo?
- No me obligan. Es mi decisión.
- Qué lástima, porque eres muy hermosa.
- Gracias, pero...¿Significa que con esto soy fea?
- No quise decir eso.
- Tú y tus amigos, sólo insultan a las mujeres. ¿Por qué dicen esas cosas, aún sabiendo que a las mujeres no les gusta?
Es suficiente con que yo me encuentre bonita. Cuando uso mi pañuelo, siento que tengo una fe. Una identidad. Me siento bien. Y eso también es belleza. Explícales eso a tus amigos y tal vez algún día conseguirán una chica.- ¿Eres estudiante?
- Sí. Estudio historia.
- Muy bien, muchacho. Conocer tu historia es muy importante. Zarka quiere ser periodista. Una periodista internacional.
Quiere escribir sobre Francia. Pero sobre su Francia personal.- Es extraño, pero cuando te vi sentí la necesidad de hablarte. Como si... No lo sé. Es muy fuerte. Es extraño. Pensé que si no te hablaba antes de desaparecer estaría dejando pasar algo importante. Es hermoso, ¿no? Trabajas en un bonito lugar. No quería perder la oportunidad de hablarte, porque es tonto, pero simplemente no quería. ¿Puedo?
- Sí.
- ¿Crees en las almas gemelas? Alguien que es tu otra mitad. ¿Te gusta el jazz?
- Sí.
- Charlie Parker. ¿Y Kurt Cobain? Me encanta Kurt Cobain. No importa. Te daré mi número. Me encantaría hablar contigo. Si me llamas. Una charla más seria y sobre todo más larga.- ¿Qué pasó?
- No estoy muy seguro. Me dio esto. Su número de teléfono. No entendí muy bien lo que decía. Mi francés no es tan bueno. Dijo muchas palabras que no están en mi manual.
- Llámalo y lo averiguarás.Él observó a su esposa, que cruzó la calle. Tenía un abrigo rojo, que había prometido tirar y que seguía sacando del armario, año tras año. Ella hacía lo mismo con todas las cosas. Y eso fue lo que lo cautivó, cuando se conocieron.
Las mismas ropas usadas una y otra vez. Filas de lápices de labios que nunca usaba. Esa canción que ella tarareaba mientras cocinaba era parte de la vida que se había vuelto extraña para él y que pensaba abandonar entre el plato principal y el postre.Se dio cuenta de lo inapropiado que era el lugar que había elegido para abandonarla. Fue aquí donde se dio cuenta que había dejado de amarla. Cuando ella sonrió, él estuvo a punto de gritar: "¡Voy a dejarte!" "¡Deja de sonreír!" Pero en vez de eso, le ofreció un poco de vino.
Cuando ella comenzó a llorar como nunca antes él pensó que sabía que la dejaría por Marie-Christine una aeromoza apasionada, a quien amaba desde hacía un año y medio. "Ella lo sabe", pensó él. "Ella lo ha sabido desde hace tiempo".
"Debí suponerlo". Aún llorando, sacó algunos papeles de su bolso y se los entregó a él. Los papeles estaban escritos en una fría terminología médica y describían leucemia en etapa terminal. Lo siento. Habiendo leído eso, el motivo de la reunión desapareció de su mente. Y una extraña voz metálica le dijo: ¡Tienes que estar a la altura de las circunstancias!
Y lo estuvo. Pidió tres porciones de torta para llevar y le envió un mensaje a su amante. OLVÍDATE DE MÍ. SERGIO.Comportándose como un hombre enamorado él una vez más se convirtió en un hombre enamorado. Y cuando ella murió en sus brazos él cayó en un coma emocional del que nunca despertó. Y hasta el día de hoy, años más tarde su corazón aún se paraliza cuando ve a una mujer con un abrigo rojo.
- ¡Suzanne!
- Papá te está llamando. ¡Mamá! Ve. Papá está esperando.
- No...¿Puedo ir?
- ¡Suzanne! ¿Qué pasó? ¿De dónde sacaste esta fuerza?
- Dios me la dio.- Jean-Claude, cuéntanos dónde se conocieron tus padres.
- En la prisión.
- ¿En la prisión? Bien. Cuéntanos sobre ellos.
- Mi papá estaba triste porque no tenía una mujer y se pasaba las mañanas solo en su casa.- Vamos, Claire sabías que esto pasaría tarde o temprano. ¡Aprovechemos que todavía soy joven!
- ¡No eres joven!
- Yo soy experiencia.
- No. "Yo tengo experiencia".
- Yo tengo experiencia.
- No lo sé... Si Gaspard se despierta y ve que no estoy va a estar muy molesto.
- Regresarás antes de que lo note.
- ¿Y si no?
- ¿Así quieres vivir tu vida? ¿Como esclava de Gaspard?
- No sabes de lo que es capaz.
- ¿Y tu sentido de la aventura?
- ¿Crees que esto es divertido? Esta es mi vida.
- También es mi vida.- Claire...Mira a Gaspard como un globo no como un grillete.
- ¿Yo fui un grillete?
- Mi pequeña Claire. Tú no fuiste un grillete. Tú fuiste un dirigible.
- Gracias, papá.- ¿Puedo masajear tus pies?
- ¿Por qué quieres masajear mis pies?
- Porque tus pies te duelen.
- ¿De verdad?
- Corriste toda la noche en mis sueños.- No tenemos un millón de años. Nadie los tiene, mi amor. Eres la única mujer que he amado.
- ¿Quién crees que eres? Quita tus sucias manos de encima. Y deja de tocarme y mirarme con esa mirada loca.
- Considerando todo lo que estuvo mal creo que todavía lo hicimos muy bien.- Si vamos a casarnos, debes saber cuándo miento. Es lo básico.
- ¿Tú me mentiste?
- No en el mal sentido.
- ¿Sólo me dices buenas mentiras?
- Las mejores.
- ¿Me amas?
- Por supuesto que sí.
- ¿Cómo sé que dices la verdad?
- Esa será tu tarea para hoy.
- Te creo.
- Hazme reír de vez en cuando, y todo irá bien.- ¿Sabes cuáles fueron sus últimas palabras?
- ¿"Entiérrenme bajo algo horrible"?
- Estaba en su lecho de muerte en un hotel barato. Detestaba la decoración, pero no tenía dinero para irse. Justo antes de morir, les dice a sus amigos..."O se va este empapelado, o me voy yo".- No puedo casarme contigo.
- No estaba hablando de tus labios.
- No, no puedo. ¿Una vida sin risa?
- ¿No quieres casarte conmigo porque no te hago reír? ¿Qué esperas de un marido? ¿Payasadas?
- No. Ligereza.
- Tomaré un curso de levedad luego de nuestra boda.
- Eso no sucederá.
- ¿Amenazas con abandonarme?
- ¡Mantengo todo lo que dije hoy en el Louvre!
- Lo sabía.
- ¡Eres siniestro! ¡Merezco alguien con espíritu, un poeta!
- ¡Encuentra una cabaña, sé espiritual y muérete de hambre!
- ¿Sabes qué? ¡Estaré mejor sin ti!- ¡Frances! Lo siento. Soy un idiota. No quise entristecerte ni decepcionarte. Sólo puedo decir que...Los amigos te apuñalan por delante.
- ¿Qué dijiste?
- ¿Cómo puedes ser feliz con un hombre que te trata como un ser humano común y corriente?
- ¡Esas son mis frases favoritas!
- Ya lo sabía.
- Sabía que tenías eso en ti.
- Lo siento. Volvamos a nuestra habitación. Te haré reír.
- ¿Sí?A veces la vida exige un cambio. Una transición. Como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa pero el verano terminó y dejamos pasar nuestro otoño. Y ahora, de repente, hace frío tanto frío que todo se congela. Nuestro amor se durmió y la nieve lo tomó por sorpresa. Y si te duermes en la nieve no sientes venir la muerte. Cuídate.
Dejaste Boston y te mudaste a París. Un pequeño apartamento en una calle de Saint-Denis. Te mostré mi barrio, mis bares, mi escuela. Te presenté a mis amigos. A mis padres. Te escuché mientras ensayabas. Tus canciones, tus esperanzas, tus deseos. Tu música. Y tú escuchaste la mía. Mi italiano, mi alemán, mi ruso. Te regalé un walkman, y tú una almohada. Y un día, me besaste. El tiempo pasó. El tiempo voló. Y todo parecía tan fácil tan simple. Libre. Tan nuevo y único. Fuimos al cine. Fuimos a bailar. De compras. Nos reímos. Tú lloraste. Nadamos, fumamos. Nos rasuramos. De vez en cuando, tú gritabas. Sin razón. A veces con razón. Sí, a veces con razón. Te acompañé al conservatorio. Estudié para mis exámenes. Escuché tus canciones, tus esperanzas. Tus deseos. Escuché tu música. Y tú escuchaste la mía.
Estábamos unidos. Tan unidos. Cada vez más unidos.- Bruno, me estoy muriendo aquí. ¿Entiendes? ¡Estoy muriendo! ¡Abre! ¿Alguien me oye?
- Perdóname, Francine.
- ¿Sí? ¿Qué pasó? De repente se cortó. ¿Tú colgaste? ¿Es tan malo? ¿Sigues enfadado por lo de ayer? Entonces dime, ¿te lo creíste?
- Ya veo.
- Mierda, ¿no funciona así? ¿Cómo puedo decir "Nuestra primavera fue maravillosa, pero el verano terminó" sin que suene tan melodramático? Al director le gusta. Tengo que encontrar la forma. Thomas, ¿me escuchas?
- No. Te veo.- ¿Te sigue gustando aquí?
- ¡Me encanta!
- ¿Ese tipo de los libros sigue en tu vida?
- No, se fue hace mucho tiempo.
- ¿Hay algún otro?
- ¿Otro autor? No, éste no trabaja. Sí trabaja, pero es más bien un pasatiempo. Es ciclista.
- ¿Es qué?
- Anda en bicicleta.
- ¿Bicicleta? ¿Dónde?
- Cuesta arriba, cuesta abajo...
- ¿No es muy viejo para eso?
- No tiene mi edad. Es joven pero tú sabes es razonable. Es algo que seguramente podrás comprender. Nunca pude comprender nada de ti.- En realidad nunca pensé que nos divorciaríamos.
- Yo tampoco, pero ella quiere un bebé.
- Pasando la treintena, se ponen nerviosas.
- ¡Un bebé! ¡Dime que bromeas!
- Está embarazada de 3 meses.
- Esta noche estás lleno de sorpresas. ¿Ella sabe que tenemos dos nietos?
- Sí, ya los ve jugando juntos.
- ¡Qué dulce!
- Ella nunca tuvo una familia.
- Pobre chica. Lo siento. No quise decir eso. Espero que seas muy feliz. Siempre fuiste un padre maravilloso.
- Gracias, Jenny. ¿Piensas que fui ridículo?
- Al diablo con ellos si no soportan la broma. Todos necesitan una buena broma.
- ¿Sabes qué me gustaría?
- No, ¿qué?
- Me gustaría adoptar.
- ¿Adoptar?
- Sí.
- ¿Me quieres volver loca?
- Siempre quise un hijo.
- Pienso que nuestras hijas son espectaculares.
- Lo son.
- ¿Tienes a alguien en mente? ¿Ya elegiste a un chico? ¿Quién?
- Tu ciclista. Está en forma, le gustan los deportes.
- ¿Estamos intercambiando golpes bajos?
- ¡Te engañé!
- ¡Maldito! Realmente es una idea muy creativa. Yo adopto a Vicky, tú adoptas a Claude y vivimos todos juntos en una gran felicidad. Un poco confundidos, pero muy felices.- ¿Nos vamos juntos?
- Creo que hicimos eso. Hubiera funcionado si hubieras mantenido cerrada tu hermosa boca.
- O si no te hubieras bajado esos elegantes pantalones.
- Creo que esta noche he tenido todo lo que puedo soportar. Estoy cansada, me iré a acostar temprano.
- No te levantes. Hay muchos taxis ahí afuera.
- ¿Dónde nos reunimos mañana?
- En Crillon, a las 2:00. Nos vemos.
- Creo que tal vez sí traeré a mi abogado. Te va a encantar. Es huérfano.
- Perra.Quisiera contarles sobre un día especial durante mi reciente viaje a París. Toda mi vida he soñado con ir allí. Por eso estudié francés en un curso para adultos durante dos años. Ahorré algo de dinero y fui a París por 6 días. Después de 5 días, aún sentía el cambio horario y me sentía un poco cansada todo el tiempo. Este era mi primer viaje a Europa.
Quería irme por dos semanas pero no podía dejar mis perros solos por tanto tiempo. Me gustaron mucho los museos y las calles de París. Sólo la comida no era tan buena como esperaba. Pensé en viajar a París con un grupo pero yo soy una persona muy independiente. Debido a que trabajo como cartera en Denver ya estaba acostumbrada a caminar todo el día. También quería vivir una aventura en un lugar extranjero.Dicen muchas cosas sobre París. Dicen que es un lugar donde los artistas encuentran inspiración. Dicen que es un lugar donde la gente descubre cosas nuevas en sus vidas. Dicen que es un lugar donde puedes encontrar el amor. Claro que a mi edad, no tenía esas expectativas. Pero durante esos días, pensé mucho sobre mi vida. Me puse a pensar si me gustaba París y si algún día, si tuviera el dinero me gustaría vivir allí. Me imaginé a mí misma entregando el correo todos los días y conociendo a la gente que vive allí.
A veces pienso que sería lindo tener a alguien con quien compartir las cosas. Por ejemplo, mientras miraba París desde arriba de un rascacielos quería decirle a alguien: "Es hermoso, ¿no?" Pero no hay nadie. Pensé en mi ex-novio Dave y si le hubiera gustado este viaje. Pero me sentí un poco estúpida porque pasaron 11 años desde la última vez que hablamos. Él ahora está casado y tiene tres hijos. Y encontré un pequeño parque muy bonito. Me senté en un banco y comí el emparedado que había comprado. Estaba muy bueno. Y luego algo sucedió. Algo que es difícil de describir.
Aquí sentada, sola en un país extranjero, lejos de mi trabajo y de toda la gente que conocía un sentimiento vino a mí.
Como si recordara algo. Algo que no había conocido y que había estado esperando. Pero no sabía qué era. Tal vez era algo que había olvidado. O algo que había añorado toda mi vida. Sólo puedo decirles que al mismo tiempo sentí alegría y tristeza. Pero no una gran tristeza. Porque me sentía viva. Sí. Viva. Ese fue el momento en que comencé a amar a París y en el que sentí que París también me amaba a mí.