Frases de la película Boogie el aceitoso
Puedes cambiar de paisaje, puedes cambiar de jungla, pero por suerte, siempre habrá alguien a quien golpear duro.
Maldita sea, me estoy convirtiendo en un tonto sentimental.
Tus ojos se semejan a los de un batracio, nunca vi un rostro tan parecido al de un sapo y si no lo noté antes fue porque estaba muy asombrado por tu obesidad.
En sólo una semana te has convertido en un tonel, tus piernas son propias de un paquidermo. Pero nada, nada se compara con tu aliento. ¡Shit! Oye Marcia no te pongas así, tu pediste la verdad.
Hace un par de minutos, clavó sus ojos en mí y me dijo: "Estás asquerosamente delgada". ¿Te das cuenta mamá?, él ha comenzado a fijarse en mí.
Boogie no puedes llamarme cada que quieras irte de un bar sin pagar tus tragos.
¿Quién dice que quiero vivir tranquilo?
Odio que otros se queden con toda la diversión.
Sólo hay dos lugares para las mujeres: la cocina y la cama.
Sin mí no durarías ni diez minutos en la calle, me necesitas para sobrevivir.
Puedo admitir que existan pero que ni me hablen, ni me miren.
Malditas pastillas, el único sentido que traigo intacto es el sentido pésame.
Hay retrógradas que no quieren admitir el progreso. Cuando se inventó la pólvora se acabó el karate.
Siempre debes esperar a que el otro baje la guardia.
La principal causa de la violencia es que unas personas le quieran quitar la comida a otras.
Cada uno tiene derecho a elegir como quiere morir.
Yo sé que a fin de cuentas toda mujer desea casarse, tener hijos, tener un hombre al lado que le dé órdenes, que le ponga límites.
Todo lo humano me es ajeno.
Tú no eres malo Boogie, la sociedad te ha hecho malo.
Las mujeres son como los pañuelos desechables, una vez que las usas te deshaces de ellas.
Hay dos maneras de hacer esto, pero el resultado va a ser el mismo.
Para el mano a mano está el ping pong.
Insecto. Me quitaste el gusto de matarte.
La única justicia en la que creo es mi 44 magnum.