Frases de la película 300: El nacimiento de un imperio
Atenas es una pila de piedra y madera y tela y polvo. Y como el polvo, se desvanecerá en el viento. Solo los atenienses existen. Y el destino del mundo depende de cada una de sus sílabas. Solo los atenienses existen. Y solamente fuertes barcos de madera los pueden salvar. Barcos de madera y un maremoto de sangre de héroes.
Leónidas y los valientes 300 están muertos. El pueblo libre de Grecia no está obligado por una hermosa muerte espartana. La guerra no es su amor. Y aun así dieron su vida por ellos.
Hace diez años, esta guerra comenzó como comienzan todas las guerras: Con un reclamo.
Miles de muertos. Cientos de los suyos. Todo por una idea, una Grecia libre. Un experimento ateniense llamado "democracia". ¿Valdrá la pena esta idea? ¿Valdrá todo este sacrificio? Temístocles dejaría que el buen rey Darío decidiera.
Su ferocidad superada solamente por su belleza. Su belleza igualada solamente por su devoción a su rey.
Deja a los innobles griegos con sus costumbres. Solo los dioses pueden derrotarlos.
Las palabras de tu padre no fueron una advertencia sino un desafío. ¿Solo los dioses pueden derrotar a los griegos? Tú serás un dios rey.
Queridos compatriotas, solo podemos juzgar el futuro por lo que hemos sufrido en el pasado. Muchos de Uds. estuvieron conmigo en Maratón y los que sirvieron y se enfrentaron a la intensidad de la batalla saben cómo se forja la verdadera paz.
Ni siquiera Esparta puede enfrentarse sola a los persas. Debemos perseverar como una nación.O pereceremos aferrándonos a nuestros propios intereses.
Sepan esto y sépanlo bien. Que el mejor momento de cualquier espartano, la mayor realización de todo lo que aprecia es el momento en el que ha luchado con el corazón por la conservación de Esparta y yace muerto en el campo de batalla victorioso.
Temístocles. Viniste desde muy lejos para masturbarte viendo entrenar a los hombres de verdad.
Es curioso que te burles de la libertad aquí en tu aislamiento egoísta. Aun así, la libertad, en su sabiduría te eligió a ti para defenderla.
- ¿Esparta se unirá a nuestra lucha?
- Parece que los persas les ofrecieron a los espartanos algo que no pueden rechazar.
- ¿Y qué es eso?
- Una hermosa muerte.Sí, hermano. Soy griega de nacimiento y por mis venas corre sangre griega. Pero mi corazón es persa.
- Comandante. Si lo dejo liderar nuestra primera ofensiva, ¿qué garantía tengo de que me dará una victoria rápida?
- Mi palabra y mi vida.Si en el calor de la batalla necesitan una razón para seguir luchando, una idea por la que renunciarán a todo lo que tendrán, solamente tienen que mirar al hombre que lucha a su lado. Este es el "por qué" de la batalla. Esta es la hermandad de los hombres armados. Un vínculo irrompible fortalecido por el crisol del combate. Jamás estarán más cerca de nadie que de aquellos con quienes derramen su sangre. Pues no hay ninguna causa más noble que luchar por quienes darán su vida por ustedes.
- Y solamente hay una cosa de qué asegurarse cuando empiece la lucha.
- ¿De qué?
- De no dejarse matar el primer día.Mi decepción no es por mis pérdidas. El escaso número de barcos averiados y esclavos muertos no significa nada para mí. No, mi decepción es por estos hombres. Porque aunque estoy entre diez mil estoy sola. Ansío un alma que esté a mi lado. En quien pueda confiar.
¿Crees que los griegos son descendientes de los dioses? He escuchado algo de eso. ¿Y qué hay de ti? ¿Hay un dios en tu linaje? Mis hombres dicen que sí. Y por los últimos dos días de batalla diría que tienes una chispa de divinidad.
- Hago lo que debo hacer para defender a Grecia.
- Y yo hago lo que debo hacer para derrotarla.Eso me causa placer, la idea de que languidezcas por mí y renuncies a la familia y al amor por la promesa de un éxtasis más profundo. El éxtasis del acero y la carne. De la muerte y la vida. De la rabia y el sudor del músculo. De la alegría pura y el más profundo dolor. Muere conmigo cada noche y vuelve a nacer conmigo cada mañana mientras clavas tu espada en los corazones de nuestros enemigos. Tú luchas por la libertad. Yo ofrezco libertad sin consecuencia o responsabilidad. Acompáñame.
La próxima vez que nos enfrentemos a ella, llevará consigo a todo el infierno.
¿Crees que disfruto esto? ¿Ser testigo del último aliento de mi amigo? Cada viuda que es creada por mi decisión, cada hijo que crecerá sin un padre, son decisiones mías. Esta es la carga de mi mando.
¡Temístocles! Traigo noticias de Termópilas. Leónidas fue traicionado por un jorobado. Los espartanos fueron masacrados.
Daxos, lleva ese mensaje de las Puertas Calientes a cada ciudad, a cada aldea. Que cada compatriota escuche tus palabras. Pero están muertos. Todos ellos. El sacrificio de Esparta será lo que nos una.
¿No he dado suficiente por tus ambiciones, Temístocles? Un rey. Esposos, padres, hermanos. Esparta no dará más.
Si ese cobarde despreciable hubiera estado a mi lado habríamos puesto el mundo a tus pies. Mi rey.
- Matar a Leónidas y a sus hombres solamente los convirtió en mártires.Cuando arrasaste con Atenas le prendiste fuego a lo único de valor en este país. Atacaré a los griegos con toda mi armada.
- Artemisia.
- ¡Suficiente! No olvides quién puso la corona en tu cabeza infantil. Mi rey.Ahora siéntate en tu trono dorado y observa esta batalla desde la seguridad que te brindo.¡Y que se demuestre que decidimos morir de pie en lugar de vivir de rodillas!
- Sin el mando de Artemisia, la armada persa no es nada. Jamás podremos llegar a ella.
- Yo llegaré a ella y le pondré final a esto.Peleas mucho más duro de lo que coges.
Prefiero morir como un hombre libre que como un esclavo. Incluso si la cadena estuviera pegada a ti.
Si la muerte viene hoy por mí, estoy lista.